El lumbago o lumbalgia, es el dolor en la parte baja de la espalda o zona lumbar por alteraciones de las diferentes estructuras a ese nivel y es una de las lesiones más típicas en gimnastas.
La Lumbalgia afectará al 84% de la población en algún momento de su vida y es una de las principales causas de incapacitation.
La gran mayoría de las personas han padecido dolor de espalda en algún momento de su vida y con mayor frecuencia, a medida que envejece. En el mundo del deporte se sigue también esta tónica, si bien a medida que la actividad física es más exigente aumenta la incidencia y gravedad de la lumbalgia.
El dolor de espalda varía. Puede ser intenso o punzante. Puede ser un dolor sordo, fijo o sentirse como un espasmo muscular.
Los deportistas que sufren de lumbalgia pueden experimentar lo siguiente:
- Intensificación del dolor en la práctica deportiva.
- Agravamiento de los síntomas al coger peso, inclinaciones, permanecer mucho tiempo en la misma posición.
- Posibilidad de extensión del dolor hacia la nalga, o también hacia la pierna.
- Dolor a la palpación y al movimiento en la parte baja de la espalda.
- Posible inflamación de tejidos de la parte baja de la espalda.
¿Qué lo suele producir?
- Muchos de los ejercicios gimnásticos llevan al tronco a rangos de movimientos muy amplios y lesivos, donde se requiere mucha flexión, rotación y extensión lumbar. La sobresolicitación de las estructuras de esta zona es la causa más notable de las lumbalgias.
- Técnica insuficiente
- Falta de fuerza, que no me permite controlar bien los aterrizajes.
- Otras causas no tan relacionadas con la práctica deportiva pueden ser el sedentarismo, los traumatismos, el estrés, la falta de tono lumboabdominal, enfermedades degenerativas, mala higiene postural…
¿Cómo se diagnostica?
- Anamnesis y exploración física por parte del profesional. Un examen médico cuidadoso
- probablemente no indicará la causa exacta de su lumbalgia, aunque sí descartará cualquier problema médico grave.
- Existen pruebas que pueden ayudar a confirmar su diagnóstico:
- Radiografías. A pesar que sólo visualizan huesos, una simple radiografía puede ayudar a determinar si usted tiene las causas más obvias de dolor de espalda. Mostrará huesos rotos, cambios por envejecimiento, curvas o deformidades.
- Resonancia Magnética (MRI). Este estudio puede crear mejores imágenes de tejidos blandos, como músculos, nervios o discos vertebrales. Las condiciones como hernia de disco o una infección son más visibles en una imagen por MRI.
- Prueba de densidad ósea. Si la osteoporosis es una inquietud, su médico puede que ordene una prueba de densidad ósea. La osteoporosis debilita al hueso, el cual puede fracturarse fácilmente. La osteoporosis en sí misma no causa el dolor de espalda, pero las fracturas en la columna sí pueden hacerlo.
¿Qué tratamientos son indicados para ayudar contra la lumbalgia?
- Evitar el reposo. Para acelerar la recuperación y reducir el riesgo de que se repita en el futuro, es importante que el paciente evite el reposo en cama y realice un reposo activo.
- Actividad física: El paciente debe mantener el mayor grado de actividad física que le permitan sus molestias. El ejercicio no está recomendado en plena crisis de lumbalgia, pero sí cuando el dolor perdura más de seis semanas.
- Terapia farmacológica, ya sea medicación homeopática o convencional
- Escuela de espalda
- Pilates terapéutico y otras técnicas de movimiento
- Terapia manual
- Terapia miofascial
- Terapia neuromuscular
- Programa de tonificación muscular
- Electroterapia antiálgica (Micro-ondas, onda corta, TENS, infrarrojo, Ultrasonidos…)
- Crioterapia, termoterapia
- Acupuntura
- Movilización articular
- Vendaje neuromuscular
- Ergonomía postural
- Osteopatía
- Evitar cargar con objetos pesados
- Utilizar un calzado adecuado
- Estudio de la pisada